Los santos están en las manos de Dios por haber practicado la justicia, la misericordia y el perdón; jamás les alcanzará tormento alguno.
Los santos son vino nuevo en odres nuevos porque saben compartir a tiempo, saber huir (del pecado) a tiempo y porque saben morir a tiempo.
Los santos son instrumentos de paz, porque no roban a nadie, no engañan a nadie y no amenazan a nadie.
Los santos son los que dan a uno y creen recibir cien, por eso dan cuanto tienen, enseñan lo que saben y hacen cuanto pueden.
Los santos son los samaritanos de nuestro tiempo, por eso tienen pocos bienes, saben mucho y hablan poco.
Los santos son:
Un tesoro en la necesidad,
una lucecita en la oscuridad,
un eslabón en la división,
un sostén en la debilidad,
una gota de agua en la sequedad,
alegre canto en la soledad,
suave brisa en la comunión,
valioso imán en la unidad,
un mago de la amistad,
médico excelente del corazón,
peso completo en la humildad,
campeones de la oración,
y son mil usos para la caridad.
Por eso ¡Seamos santos!
Los santos son vino nuevo en odres nuevos porque saben compartir a tiempo, saber huir (del pecado) a tiempo y porque saben morir a tiempo.
Los santos son instrumentos de paz, porque no roban a nadie, no engañan a nadie y no amenazan a nadie.
Los santos son los que dan a uno y creen recibir cien, por eso dan cuanto tienen, enseñan lo que saben y hacen cuanto pueden.
Los santos son los samaritanos de nuestro tiempo, por eso tienen pocos bienes, saben mucho y hablan poco.
Los santos son:
Un tesoro en la necesidad,
una lucecita en la oscuridad,
un eslabón en la división,
un sostén en la debilidad,
una gota de agua en la sequedad,
alegre canto en la soledad,
suave brisa en la comunión,
valioso imán en la unidad,
un mago de la amistad,
médico excelente del corazón,
peso completo en la humildad,
campeones de la oración,
y son mil usos para la caridad.
Por eso ¡Seamos santos!
Arzobispo Domingo Días Martínez.
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