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sábado, 4 de febrero de 2012

Promesas del Señor de la Divina Misericordia (Sor Faustina) Vida y película

Imagen relacionada

Divina Misericordia 


A continuación, podrán leer las promesas dictadas por Jesús a Santa Faustina Kowalska:
“Me queman las llamas de la Misericordia, deseo derramarlas sobre las almas, y las almas no quieren creer en mi bondad. Oh, qué dolor me dan cuando no quieren aceptarlas (...) Dile a la humanidad doliente que se abrace a mi Corazón misericordioso y Yo la llenaré de paz”. “La humanidad no encontrará la paz hasta que no se dirija con confianza a mi Misericordia”.


"De todas Mis llagas, como de arroyos, fluye la misericordia para las almas, pero la herida de Mi Corazón es la Fuente de la Misericordia sin límites, de esta fuente brotan todas las gracias para las almas".

“El alma que confíe en mi Misericordia no perecerá, ya que todos sus asuntos son míos. El alma más feliz es la que confía en mi 
Misericordia, pues Yo mismo la cuido”.

"Proclama que ningún alma que ha invocado Mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión".

"Hija Mía, escribe que cuanto más grande es la miseria de un alma tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia e invita a todas las almas a confiar en el inconcebible abismo de Mi misericordia, porque deseo salvarlas a todas. En la cruz, la Fuente de Mi Misericordia fue abierta de par en par por la lanza para todas las almas, no he excluido a ninguna".

"Que los más grandes pecadores pongan su confianza en Mi misericordia. Ellos más que nadie tienen derecho a confiar en el abismo de Mi misericordia. Hija Mía, escribe sobre Mi misericordia para las almas afligidas. Me deleitan las almas que recurren a Mi misericordia. A estas almas les concedo gracias por encima de lo que piden. No puedo castigar aún al pecador más grande si él suplica Mi compasión, sino que lo justifico en Mi insondable e impenetrable misericordia. Escribe: Antes de venir como juez justo abro de par en par la puerta de Mi misericordia. Quien no quiere pasar por la puerta de Mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi justicia..."

"Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo ya aquí en la tierra la victoria sobre el enemigo y sobretodo a la hora de la muerte, Yo mismo la defenderé como a mi propia gloria... Ofrezco a los hombres el vaso con el que han de venir a recoger las gracias a la fuente de la Misericordia". "A las almas que difunden el culto de mi Misericordia, las protejo a lo largo de su vida como una madre cariñosa protege a su niño todavía lactante. A la hora de su muerte no seré para ellas su juez sino su Salvador misericordioso. En aquella última hora no hay para el alma más que una sola protección: MI MISERICORDIA"...

"Yo preservaré a las ciudades y casas en las cuales se encontrase esta imagen".

"Yo también protegeré a aquellas personas que veneren esta Imagen y tengan confianza en mi Misericordia". 



Fuente: http://webcatolicodejavier.org/promesasDivinaMisericordia.html


Película de Sor Faustina


Aquí el link con la películahttps://gloria.tv/video/fPLvVtfR3ERx1CgwKfdUYFsNr



Breve vida de Santa Faustina Kowalska 




Apóstol Universal de la Divina Misericordia


   (En conmemoración de la beatificación del Papa Juan Pablo II, quien después de haber aprobado en la Iglesia la Festividad de la Divina Misericordia el primer domingo después de Pascua, tal cual fue pedido por Jesús a Sor Faustina, murió  el 2 de abril de 2005 y será beatificado el 1 de mayo de 2011, ambas fechas solemnidades de esta devoción).

   Tras un parto difícil, Helena Kowalska nació el 25 de agostote 1905, fiesta de San Luis, rey de Francia, y al día siguiente fue bautizada. Junto a sus padres, Estanislao y Ana. En una modesta casa hecha de arcilla y ladrillos, con techos de tablas y una habitación con pisos de tierra, cuidará las gallinas, los gansos y los patos del corral que, con la huerta, servirá de sustento a una familia de doce miembros.

   De pálido semblante, cabellos rojizos y claros ojos luminosos, corría entre los pinos de las praderas de Varsovia; y después de una breve instrucción escolar, tomó su cayado de pastor seguida siempre de un grupo de niños. La pequeña campesina ya había sentido el llamado de Dios  en su corazoncito, y a los nueve años lo había `conocido´ en su primera comunión. Crecerá jugando con retazos de telas, clavos y botones, ignorando el camino que Jesús le tenía preparado.

   Espontánea y alegre, pobre e ignorante, será algún día el instrumento simple y dócil elegido por Dios, para manifestar a todo el mundo el llamado incesante de Su Misericordia a cada corazón, también hoy como ayer y como siempre, reclamando tan sólo nuestra buena voluntad desde lo alto de la cruz, desde nuestras conciencias, desde nuestras almas.

   A través de ella, que crecía como una flor casta y sencilla, no habría en el futuro un lugar en el mundo donde la Divina Misericordia no fuera invocada y proclamada.

  Varias veces su mamá la había sorprendido, desde niña, arrodillada en  su cuarto rezando en plena noche, respondiendo al llamado invisible de la gracia.

   Con frecuencia, por falta de vestimenta adecuada, no podía asistir a la santa misa. Entonces, se levantaba muy temprano, saltaba por la ventana, pastaba a las vacas en la pradera y, detrás de un arbusto, seguía la misa con el corazón. Ya adolescente, trabajaba al servicio de unas personas. Debía comprarse…un vestido nuevo para el domingo.

  En plena juventud pide a sus padres ingresar a un convento, pero no obtiene el permiso ni posee los medios. Las puertas de la tierra parecían cerrarse.

  Entretenida en frivolidades, hallándose en un baile se le manifestó el Señor, cubierto de heridas. Corrió a la catedral, se postró ante el Santísimo y esperó la respuesta. Desde su prisión de amor, Jesús no se hizo esperar: -“debes ir a Varsovia y entrar en un convento”.

Tomó el tren sin despedirse de sus padres y al llegar, habiendo consultado a un sacerdote, vuelve a trabajar al servicio de una madre de seis niños. Así reúne algún dinero y golpea a las puertas de un convento. Mal vestida y sin instrucción, la Madre Superiora igualmente la recibe y le sugiere que consulte al Señor en la capilla. Desde el silencio del sagrario Jesús nuevamente le responde: -“te recibo, estás en mi corazón”. Las puertas del cielo parecían abrirse…

   Después de negaciones, trabajos , y  sobre todo la  decidida voluntad de seguir su vocación, es recibida en la Congregación de Nuestra Señora de la Misericordia, en 1924.   

   Destinada a la cocina, entre ollas y hornos, sartenes y cacerolas, en el jardín, en la huerta y en la portería, vive en cada pequeña cosa la presencia de Dios. Su corazón ya era un surco abierto a los dones del cielo.

   Recibe el hábito en 1926 con el nombre de Hermana  Faustina. Durante el noviciado deberá rendir con sus `pruebas de amor´ el único examen de las almas fieles: -“el que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga –había dicho Jesús en el Evangelio. Y así será. Seco y árido como un desierto, su espíritu avanza entre las sombras. Siente rechazo a los Sacramentos, es perturbada por angustias y la desesperación se anuda en su garganta…pero el Señor parece no escucharla. En sus labios no hay palabras de queja; antes bien, decía: -“me refugiaba en las llagas de Jesús”.

   Pronuncia los primeros votos en 1928. El desierto interior ha florecido a los pies de la cruz y habiendo esperado contra toda esperanza, los frutos del amor, maduros en su alma, son recogidos por Aquél que los sembró: -“eres mi alegría”-, le ha dicho Jesús. Y es su trato con él –son sus palabras- “como un niño con su padre”.

   La semejanza a Cristo, voluntaria y serena, la hará objeto de burlas, desconfianza y sospechas. ¿Qué importa?. Ella vivirá –como decía-: “acurrucada en el corazón de Jesús”.

   Durante trece años, hasta su muerte, alternaba los trabajos con actos de amor. Amaba al mismo tiempo que vivía, mientras cocinaba, horneaba el pan y cultivaba el jardín rezando el rosario…entre las rosas.

   Arrodillada a solas con Jesús en el sagrario, su infancia espiritual la descubre: -“soy pequeña y miserable, pero el ancla de mi confianza se sumerge en el abismo de tu misericordia”.Plenitud que la absorbe “como las llamas del sol a una gota de rocío”. Es todo su secreto: “realizar el más mínimo acto con mucho amor” a Dios, como el pequeño `caminito´ de Teresa de Lisieux.

…De calles estrechas, viviendas improvisadas y el entorno gris de la pobreza, en la ciudad de Plock recibirá del cielo su misión universal de apóstol de la Divina Misericordia, el primer domingo de cuaresma de 1931. Así lo anotó en su diario:
  “A la noche, en mi celda, vi al Señor Jesús vestido de blanco, con una mano  levantada como para bendecir  y la otra colocada sobre el pecho. Después de un momento el Señor Jesús me dijo:-`pinta una imagen similar a este modelo y escribe: `Jesús, en vos confío´. Deseo que esta imagen sea venerada en primer lugar en vuestra capilla, luego en el mundo entero. Quiero que ese ícono que pintarás con un pincel sea solemnemente consagrado el domingo después de Pascua. Ese domingo será la fiesta de la Misericordia”.



   A partir de este momento es considerada, a causa de estas revelaciones privadas, como una histérica y alucinada. La vigilan en la capilla, en la celda, en sus trabajos; le revisan la cama, le llaman `miserable´… y el Señor se lo confirma, haciéndole saber que es precisamente a través de su miseria que El quiere desbordarse sobre ella y sobre el mundo.  
    
   El aparente fracaso de Faustina, su inmensa soledad y el mar de contradicciones y de obstáculos, no son sino la confirmación de futuras victorias obtenidas para el bien de las almas. La salvación del mundo fue hallada en la cruz: ¿iba a ser diferente esta vez?. ¿No es este el signo de la contradicción y al mismo tiempo el estandarte de la Misericordia?...Hasta 1933 vivó crucificada en esta calvario espiritual; pero habiéndose ofrecido como `víctima de amor´ por sus hermanos, debía bajar al sepulcro de su nada y de su ocultamiento, para nacer, como la Iglesia un día, del Corazón de Cristo abierto por la lanza. La semilla, sepultada en la tierra de nuestra humanidad, florece y da sus frutos oportunamente a través de la gracia. Los tiempos del Amor no son los nuestros, ni los caminos de Dios nuestros caminos…

    Será en medio de esa noche donde hallará la luz, a través del padre Elter (confesor) y del padre Sopocko (director espiritual), quienes la alientan y la impulsan a seguir remontando el alto vuelo de su corazón de apóstol. Todo lo sometió a su director espiritual y ya nada hará por ella misma. Jesús se sometió a los hombres por amor a lo hombres; Sor Faustina se somete a la Iglesia con la perfecta lógica de las almas humildes: ¿por qué elegir otro medio que el que Dios escogió y proclamó en el Evangelio, definitivamente?. Por el mismo camino, los apóstoles y primeros cristianos, los santos y los mártires, fecundaron, con su sangre y sus vidas, este jardín de gracias plantado en el mundo por la mano de Dios. Y ella lo dirá expresamente: -“así como el grano de trigo no puede alimentar si no es triturado por el molino, de la misma manera, yo debo ser destruida para servir a la Iglesia y a las almas.”
   …Mientras tanto, los pinceles de un artista –Kazmierowski- terminaban de pintar el ícono; es decir, la imagen de Jesús Misericordioso ya impresa en el alma de Faustina Kowalska.
*
   El padre Sopocko  le había aconsejado: - “sé simple y obediente”; y lo fue hasta su muerte. “Sin humildad, imposible agradar a Dios” –le insistía el sacerdote y teólogo, sabiamente. Y el modo más eficaz y directo de obtener esta virtud es meditar la Pasión de Jesús, quien le dijo en una oportunidad: -“si quieres comprender mi corazón, contempla mi Pasión. Invoca mi Misericordia por los pecadores” .(No solamente de labios para afuera, sino del alma para adentro). Le dirá el Señor: -“quiero que te entregues muy particularmente por aquellos que han perdido toda esperanza en la Divina Misericordia”. Y ella corresponde mansamente: “ofrezco por ellos todas mis misas, todas mis comuniones, todas mis penitencias y todas mis mortificaciones, como todas mis oraciones. Al ofrecerme así no cuento con mis propias fuerzas, sino con la virtud de los méritos de Jesucristo”. No era esta un aventura amorosa, sino un auténtico combate contra el demonio, el enemigo de Dios y de las almas, cuyo poder espiritual sólo depende de nuestra libertad inclinada hacia el bien o hacia el mal. ¿Pero qué clase de enemigo es el suyo… y el nuestro?. El mismo Satanás se lo manifestó en su celda diciéndole: -“mil almas me hacen menos daño que tú cuando hablas de la gran Misericordia del Todopoderoso; por causa tuya los más grandes pecadores retoman confianza y regresan con Dios”.

   Mas no se libra una batalla sin armas adecuadas. Con la oración y la santa Eucaristía enfrenta Sor Faustina a este enemigo, y escribirá: -“la oración es la que dispone al alma a afrontar al enemigo. La gracia sólo llega para aquellos que oran”.Es lógico y simple: ¿cómo recibir de Dios aquello que no le pedimos y aun pretendemos no necesitar?. “Pedid y se os dará” –nos dice el Evangelio. La oración sencilla y confiada es la llave que nos abre el corazón de Cristo. El resto lo obtienen la perseverancia, el amor de Dios-Padre y la constante intercesión de María.
   Durante tres horas oró cierto día implorando la lluvia para las exhaustas flores del jardín. Llovió a torrentes…

   Ser apóstol de la Divina Misericordia no es hablar ni escribir solamente. Es irradiar en los demás lo que traslucen nuestros actos, nuestra vida: esa ola amorosa, sutil, imperceptible a veces, que rebalsa a las almas en gracia. El mundo, sobre todo el actual, sólo cree en lo que ve. Si nos rodea la indiferencia y el materialismo sofocante, tanto más brillará la luz inesperada de la fe, como el lucero en las noches profundas. 
  Y Sor Faustina no era un ángel, sino solamente “la niña de Dios” –como solía llamarse a sí misma- perdida en el abrazo del amor divino. Los confidentes de Dios no serán nunca superhombres; antes bien, almas simples y pequeñas. Jesús se lo confirma con estas palabras: -“amo por encima de todo la simplicidad”. Y a través de su Iglesia, el confesor: -“un niño no se ocupa de las cosas del pasado ni del futuro; sólo aprovecha el momento presente”. Es la clave evangélica de un amor siempre actual: saber que a Dios no le interesa nuestro pasado; lo que fuimos. Sino, con su gracia, lo que podemos ser cada vez y cada día. Un solo paso nos acerca al umbral de la Vida.

Este es el mensaje que Jesús le ha dado:


   “Para castigar tengo toda la eternidad; ahora prolongo eltiempo de la Misericordia.
  Quiero que los pecadores se acerquen a mí sin ningún temor!.

   Aun cuando sus pecados fueran negros como la noche, al dirigirse a mi Misericordia el pecador me glorifica y hace honor a mi Pasión. 

   Soy más liberal para los pecadores que para los justos. Para ellos bajé a esta tierra. Para ellos derramé toda mi sangre. No deben temer entonces al acercarse a Mí”.
***


…Y no nos asombremos demasiado. El lenguaje del amor es siempre el mismo, como hace dos mil años.
   Si la vida de este pobre instrumento elegido por el cielo terminara en un libro, poca cosa sería. Portavoz y testigo de la Misericordia, Jesús la reservó para estos tiempos, de guerras nunca vistas y progresos jamás alcanzados; de la abundancia egoísta de millones contra millones de hambrientos y de pobres; de las hipocresías de los poderosos, del abandono masivo de la fe. ¿No es hora de que Dios haga justicia, de que separe la cizaña del trigo?. Ese podría ser nuestro criterio, pero Dios obra exactamente a la inversa: se hace hombre, se somete a falsos jueces, es condenado injustamente, flagelado, coronado de espinas, alzado en una cruz entre ladrones, abandonado por parientes y amigos. Y así exhala el último suspiro: implorando al Padre Celestial el perdón a sus verdugos y la Misericordia para el mundo entero. En lo profundo de su corazón abierto y traspasado de dolor y de amor, debemos buscar las razones de Dios para esperar, hasta último momento, el retorno de sus `hijos pródigos´. Sólo así se comprenden entonces las palabras de Jesús a Sor Faustina:

   “al morir en la cruz no pensaba en mí, sino en los pobres pecadores; no oraba por mí sino por ellos. Diles que no dejo de esperarlos!. Estoy atento a sus corazones para captar el menor latido dirigido a Mí!”.

Y le responde a ella y a nosotros:

   “ANTES DEL DIA DE LA JUSTICIA OFREZCO LA ERA DE LA MISERICORDIA”.

   ¿Pero alguien espera su retorno, el simple cumplimiento de otra profecía?. En 1935 Jesús le dijo claramente:


   “PREPARA AL MUNDO PARA MI SEGUNDO ADVENIMIENTO”.

   Al año siguiente la Santísima Virgen le confirma su misión en la tierra:

   “PREPARA AL MUNDO EN VISTAS AL SEGUNDO ADVENIMIENTO DE MI HIJO”.

Como respuesta escribirá Sor Faustina: 

   “QUIERO PREPARAR A TODAS LAS NACIONES PARA EL SEGUNDO ADVENIMIENTO DEL VERBO ENCARNADO…
   LOS PUEBLOS GRITAN DESDE EL FONDO DE SU ABISMO: ¡PIEDAD, SEÑOR!.
   ESCUCHA LA VOZ INNUMERABLE DEL DESAMPARO UNIVERSAL.
   QUE TU MISERICORDIA NOS SIRVA DE ESCUDO.
CONFIADOS COMO NIÑITOS, ESPERAMOS TU LLEGADA…”

   Vendrá “sobre las nubes del cielo” y es un dogma de fe. Y vendrá a nuestras almas cada día, si disponemos para él de un lugar en nuestro corazón.
   Desde su íntimo refugio espiritual, ella todo lo vive y todo lo piensa en ese abandono sereno, simple y absoluto en la misericordia divina, hecha carne en su carne, hecha luz en su alma, hecha fuego en lo profundo de su corazón. Lo dice así: -“he sentido la presencia de Dios como un niño la presencia de su madre”. Sumergida en El “como una esponja arrojada al mar”…qué es lo que hace esta flor para crecer vertiginosamente bajo el sol de la gracia?. Exactamente: -“nada por sí misma” –confiesa. Y otra frase define su locura de amor (¿qué otra cosa es la cruz?) y es la síntesis perfecta de esta devoción: - “me acurruqué en el corazón de Jesús con tanta  confianza, que aun cuando tuviera en la conciencia todos los pecados de los condenados no dudaría de la divina misericordia”. 
   Si acaso no hace nada por sí mima, ¿quién lo hace por ella?. Sólo quien dijo siempre `Sí´, en la Anunciación y en el Calvario: María, Reina y Madre de Misericordia. En Belén acuna a Jesús en sus brazos. En sus brazos lo estrecha descendido de la cruz. Dos corazones en un solo amor, humano y divino, purísimo y total: -“vivo bajo el manto virginal de la Madre de Dios; ella me instruye y me cuida. Sólo me siento amparada sobre su Corazón Inmaculado, pues soy débil e ignorante. Acurrucada en sus brazos, a nada le temo… :mi alma exulta en tu dulzura y tu silencio, oh María. Hazte cargo de mi vida interior a fin de que le plazca a tu Hijo. Enséñame a exaltar su Misericordia frente al mundo entero”.
   Asimismo, le fue revelado que ante la intercesión de la Santísima Virgen, el Señor extendía el tiempo de la Misericordia y en ese tiempo estamos. A partir de la mitad del siglo XlX y hasta el presente, las apariciones de la Virgen llamándonos a la conversión “se multiplican por el mundo” (Card. Ratzinger, Informe sobre la fe, 1985).

*
    “Sólo existe un precio para comprar almas: el sufrimiento unido al mío en la cruz –le dijo el Señor. Así como nos relata el Evangelio que Jesús, en el monte Tabor, le reveló a sus íntimos amigos (Pedro, Santiago y Juan) un anticipo de la gloria, para animarlos a beber posteriormente el cáliz como él lo bebería, de la misma manera, luego de manifestarle las intimidades de su Corazón, manso y humilde, la extiende sobre la cruz, en cuerpo y alma, para fundirla en su Amor crucificante. Ella misma lo dice: es su “holocausto oculto”.
   Tal es así, que ante la sola presencia de una persona en pecado mortal, siente interiormente el dolor de las espinas y los clavos y un ardiente deseo de interceder por ella.
   Sabe bien de qué se trata. Simplemente, de ofrecerse con Cristo al Padre por la salvación del mundo. No es otro el sentido de la santa misa, por el cual se renueva, cada día, el Memorial la Pasión redentora. En unión con Jesucristo, Hostia Santa elevada al cielo, podemos, asociándonos a El, ser corredentores voluntarios. Es decir, `otros Cristos´ ofrecidos a Dios en un sólo acto y por un único fin: salvar las almas. Es el hondo misterio de cada Eucaristía, corazón y tesoro de la Iglesia. Cuando esta realidad, después de ser creída por la fe, comience a ser vivida en plenitud, la humanidad alcanzará el Reino prometido de justicia, de paz y de amor entre los hombres, preludio de la gloria celestial. Faustina tan sólo se ha propuesto “devolver amor por amor” -¿qué otra cosa es creer?- y ha llegado la hora de la entrega total.

*
   Los labios secos, hinchados, febriles. Los dolores inauditos que no le permiten ni tragar saliva. En 1937 la tuberculosis afectó los intestinos y su cuerpo exhalaba un hedor nauseabundo.
   Con náuseas y violentos accesos de tos que estallan en su pecho, se retuerce de dolor entre las noches. Pierde el conocimiento, se desmaya… pero no toma calmantes ni se queja. Sonríe, padece y confía “en provecho de los pecadores”.
   El sufrimiento sin la fe se alimenta a sí mismo, estéril y atroz. La confianza y el amor son los maderos de esta cruz donde agoniza su corazón abierto. Por ello ha podido escribir: -“cuanto más puro sea nuestro amor, menos podrá el sufrimiento afectar nuestras almas”.
   Postrada en su cama, entre las risotadas y los chismes de los internos, le pedía al Señor que bajara su fiebre para poder asistir a la santa misa. Se arrastraba sosteniéndose de las paredes, hasta la capilla. Y cuando no podía ir a Jesús, El venía hasta ella: un querubín le llevó la comunión durante trece días.
   En el jardín del sanatorio, las hierbas, el canto de los pájaros y el susurro del viento la elevaban a Dios. El dolor no entornaba su esperanza ni interrumpía su gozo y su paz. Más bien inflamaba su espíritu de apóstol: “ardo en deseos de salvar las almas”…
    A pesar del diagnóstico –tuberculosis de los intestinos, pulmones y garganta- el director del hospital la visitaba con frecuencia. ¿A qué temer?.: -los santos no contagian-, repetía.
   …Podríamos pensar que se trata de un ejemplo inalcanzable y por lo tanto inútil. En cuanto depende de nosotros, es verdad. Para Faustina Kowalska esta cruz hubiera sido imposible sin amor… precisamente porque este amor es imposible sin la cruz.
   En todo caso: “lo que es imposible a los hombres, es posible para Dios” (Lc. 18,27).
    “Clavado en la cruz eres mi fuerza. De tu muerte ha surgido una fuente de vida, la misericordia se extendió por el mundo”. Estas palabras suyas resumen la gran paradoja del amor: no es posible la Vida sin la muerte. Quien busque un Cristo sin cruz, sólo hallará una cruz sin Cristo.
   La Pasión de Jesús implica irrevocablemente la pasión de su Iglesia. Asimismo, la Resurrección. Y ella es el ejemplo vivo de este misterio de amor indisoluble: el cuerpo místico, la Iglesia-total, muere y resucita con El y en El. No es presunción humana; es `locura´ divina. 
   El Señor le revela el alcance de sus méritos, pidiendo expresamente que sea invocada su misericordia a las tres de la tarde, hora de la muerte redentora, diciéndole: -“nada negaré al alma que me implore en nombre de mi Pasión”. Y le dicta la Coronilla de la Divina Misericordia; devoción que consiste en reemplazar en el rosario el Padrenuestro por esta oración: -Eterno Padre, yo te ofrezco el Cuerpo y Sangre, Alma y Divinidad, de tu muy amado Hijo y Señor Nuestro Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y de los de todo el mundo. Y luego en las cuentas del avemaría:  por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero .Y al final, y por tres veces: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
   Rezando en estado de gracia y especialmente por los pecadores y los agonizantes, Jesús le prometió: -“los más insensibles se convertirán”. Y aún más: por medio de los sacerdotes que prediquen esta devoción “alcanzaré todos los corazones a los que se dirijan”. Las personas, familias y ciudades que acojan esta devoción, se verán especialmente favorecidas y protegidas por la misericordia divina.
   A partir de este momento, entra en comunión con los agonizantes; e incluso, avisada por su ángel guardián, ruega e implora, con amor y con lágrimas, por personas a veces distantes, en trance de morir, desgranando el `rosarito de la Misericordia´ entre sus manos y obteniendo la salvación de innumerables almas. Y exhorta a todos a beber, con confianza, de esta fuente inagotable…”mientras haya tiempo todavía”.
   Su vida terrenal se va consumiendo, más su misión de apóstol recién comenzaba.
*
    Su vida ya es un puente extendido ente el cielo y la tierra: “me siento investida de una carga de almas universales…, en mi corazón hay lugar para todo el mundo”.
   Conocía en la luz del Espíritu su altísima misión: ser en la Iglesia y en el mundo el eco gigantesco y prolongado de un llamado incesante, desde la Cruz y hasta el fin de los tiempos. El llamado amoroso del Buen Pastor a todas sus ovejas, corazón por corazón, alma por alma.
   Sabe bien que lo que Dios ha hecho en ella es para derramarlo sobre la humanidad. Pero hablamos del mundo de las almas; aquellas almas que vio sumergidas en lo profundo del infierno y cuyo testimonio dejó por escrito:

   “Yo, Hermana Faustina, por orden de Dios, estuve en el abismo del infierno para atestiguar que el infierno existe”.

   Viéndolo poblado por aquellas almas que aquí, en la tierra, no creían en él, aclara:

   “el pecador debe saber que sufrirá por lo que ha pecado, y eso eternamente”.

   ¿Parece cruel?. Pues no lo es. Sólo quien pierde la noción y gravedad del pecado desconoce y rechaza su enorme consecuencia. La negación obstinada, libre y voluntaria de un Amor Eterno (el amor de Dios manifestado en Cristo), traerá en la otra vida consecuencias eternas, porque el alma permanece para siempre así como ha vivido. El tiempo nos es dado para merecer, la eternidad para vivir lo merecido. Al infierno va el que quiere; es decir, todo aquel que desprecie o  desestime, reiteradamente y con plena conciencia, la oportunidad de consumir sus pecados , sean cuantos fueren, en las llamas divinas del misericordioso Corazón de Jesús, como una gota de agua en un bracero ardiente. En virtud de los méritos de Cristo, QUERER ES PODER. ¿Qué más puede ofrecernos Quien ha compartido con nosotros su propio Corazón y hasta su propia Madre en el Calvario?.
   También las almas que yacen en el Purgatorio, antesala del cielo, fueron objeto –como para nosotros deberían serlo- de la insaciable caridad de Sor Faustina. Las misas, penitencias y oraciones  ofrecidas por ellas, mitigan sus dolores, acortan el tiempo de purificación, y atraen abundantes gracias de Dios para sus intercesores.
    …Cielo, Purgatorio, Infierno. Realidades confirmadas  por Dios en las Sagradas Escrituras, de las que poco y nada hoy oímos hablar o solemos meditar. Dios no miente. : el hombre cree y se salva o se miente a sí mismo y se condena. El orgullo de la incredulidad, o la humildad fecunda que sólo echa raíces en aquellos corazones que han creído el testimonio de la Cruz y la Resurrección. De la Misericordia y de la Vida.
   Cuando alejemos de nosotros todo temor, toda cálculo humano, bastará con olvidar quiénes somos para saber, como niños  frente al Padre, QUIEN ES EL QUE NOS AMA. Saber, creer y decir, con Faustina Kowalska:

   “todos mis pecados y mis imperfecciones se consumirán como un montón de paja en las llamas de la Divina Misericordia”.
Y así será…
   Donde otros se resienten y pierden la fe, Sor Faustina hallaba el medio para purificarla en el sol ardiente de su corazón rebozante de gracia. Todo lo que `puede´ es a través de su `nada´, y lo dirá: -“cuanto más el alma se sumerge en su misericordia, más Dios utiliza su omnipotencia para exaltarla”. Lo que Jesús le reclamó es lo único que tenía para darle: -hija mía, dame tu miseria; es lo único que te pertenece”.
   Físicamente aniquilada por la tuberculosis, sabiendo que la muerte es el último obstáculo hacia la vida eterna, su dolor, confundido en la cruz, la eleva, la enciende, la impulsa a escribir: “a través de esta enfermedad quiero glorificar a Dios”.
  En el orden de la gracia, quien no sabe para qué vive ya está muerto; mas quien muere por aquello que ama ha vivido en plenitud en esta vida y vivirá eternamente en la otra. Misterio ineludible de la fe: la cruz es la llave que nos abre las puertas del cielo.
  ¿Cómo se honra a las personas?: proclamando sus virtudes. ¿Cómo se glorifica más perfectamente a Dios?: exaltando su mayor atributo: la Misericordia  , por el cual conocemos, en Cristo, cuánto somos amados, lo profundo e insondable de ese amor. Jesús, que perdonó a quienes nosotros no hubiéramos jamás perdonado, le dijo: -“ama a tus hermanos por amor a Mí, incluso a tus enemigos más encarnizados, a fin de que mi misericordia se refleje en tu corazón”. Sólo Dios puede hacerlo…por supuesto que sí!. Nuestro corazón es obra de sus manos, por tanto nuestro amor será obra de su amor. Dejar que Jesús haga en nosotros lo que jamás podríamos sin El. Faustina Kowalska es obra de Jesús; de otra forma sería inconcebible que fuera lo que fue. Es lo único que cuenta, para decir con ella: “todo comienza por tu misericordia, todo termina en tu misericordia”. Es la sabiduría de un corazón abierto.
   Pero ella va muriendo…¡para vivir!, consumida en Jesús, en Su Iglesia, por las almas. Morir en Cristo es vivir para siempre, pues si “Dios es amor” es que el amor no muere, por ser “la vida del alma, como el alma es la vida del cuerpo” (Sto. Tomás de Aquino). Y el amor verdadero es incondicional y perdurable. ¿El dolor?. “Si el dolor abunda, la gracia sobreabunda” –escribe Sor Faustina.
En 1937, un año antes de su muerte, dirá jubilosa:

“Señor Jesús haz de mí todo lo que quieras!.
Si muero joven, que seas bendecido.
Si me haces alcanzar la vejez, que seas bendecido.
Si me das salud y fuerzas, que seas bendecido.
Si me clavas en un lecho de dolor, para toda la vida,
que seas bendecido.
A partir de este momento, vivo en paz,
pues el Señor me lleva en sus brazos”.
   El 5 de octubre de 1938, víctima de la tuberculosis, muere Sor Faustina; y al año siguiente comienza la Segunda Guerra Mundial, que había predicho anticipadamente. El “fuego del cielo” caerá sobre Polonia a través de bombardeos infernales. Entonces se recuerdan las palabras que Jesús le dijera: -“la humanidad no encontrará ni tranquilidad ni paz, hasta que no se vuelva con confianza a mi Misericordia”.
   Los fieles acuden por millares a los templos donde es expuesta la imagen de Jesús Misericordioso. Cracovia y Vilna fueron preservadas, según la promesa del Señor, de la devastación de Polonia. En esas ciudades la devoción se hallaba establecida y a parir de 1940 se extiende por América. En las dos décadas siguientes parece sumergirse en un silencio final, pero examinando la historia original de los escritos, en 1978 el Vaticano aprueba su divulgación, interviniendo activamente el entonces cardenal Karol Wojtyla –el hoy beato Juan Pablo ll- quien en 1980 escribe para la Iglesia y el mundo la encíclica “Rico en Misericordia” (Dives in Misericordia):    

“La Iglesia debe profesar y proclamar la Misericordia Divina”,

( Dives in Miss.,13) 
   Propagada la devoción en los cinco continentes, recordamos las palabras de Sor Faustina. –“esta obra será en la Iglesia un foco de luz”. También hoy de nosotros depende que así sea, insistiendo en los medios que el mismo Jesús le propuso a su confidente: la oración, la acción y la palabra. Y en su significado universal: “si Dios nos enlista para el servicio de su Misericordia, nuestro amor por todas las almas debe ser inmenso”. Y el Señor le confirmó con su amorosa elocuencia divina: -“UN ALMA QUE NO PRACTICA LA MISERICORDIA EN CUALQUIER FORMA QUE SEA, NO LA OBTENDRÁ EN EL DIA DE MI JUICIO”. Definitivamente, seremos juzgados por nuestras propias obras, de las cuales surgirá el veredicto inapelable del Amor. Mas no temamos…
   “Jesús es simple, dulce y franco” –nos dice Faustina. Entonces, simplemente dejemos que la gracia naturalmente aflore en nuestros labios, como el sol en primavera, y abriendo el corazón digamos frente al mundo entero:

¡Jesús, en vos confío!


5 comentarios:

  1. Esta muy lindo, pero la película no me gusta,creo que le faltan muchas cosas,es hasta algo vacia, hay otra película de ella en donde esta en el baile y Jesús le habla, sale corriendo y va al convento, parte de esta pelicula esta en este documental,http://instrumentoscristianos.blogspot.com.ar/2010/07/sor-faustina-tiempo-de-misericordia.html, esa película es especial, no sé porque no la muestra nadie.Yo la vi parte en ewtn, y no pude terminar de verla porque se me corto la señal de cable. Ojalá puedas encontrarla y exponerla en youtube, Gracias. que Jesús te bendiga.

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    1. Lo siento amiga, busqué la película pero no la encontré tal vez es ese fragmento es sólo parte del documental. De cualquier manera si la encuentras tú me dices para subirla, gracias por la aportación,

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  2. BUEN DÍA
    QUIERO COMPARTIRLES QUE HE RECIBIDO UN MILAGRO, ESTA ES LA TERCERA VEZ QUE HAGO UNA PETICIÓN A JESÚS Y REZO CON GRAN FERVOR Y ES MI TERCER MILAGRO CONCEDIDO.
    REZA, PIDE CON GRAN FERVOR Y ESPERA TU MILAGRO ...
    ¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS MI BUEN JESÚS!

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  3. Qué hermoso todo lo que has compartido, me tardé mucho leyéndolo pero quedé encantado en verdad gracias espero que Dios nos cuide con sus ángeles hermosos.

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