Miren que día tan hermoso ha tocado hoy, el día de un Santo tan conocido por su nombre pero poco por su vida. Repasémosla pues:
Cuenta la historia que San Valentín era un gran hombre que antes de ser sacerdote fue médico pero al convertirse y encontrar al Señor, no pudo más que aceptar su llamado. Entonces en esas fechas que era castigado por mostrar su fe al mundo el casaba a las parejas a escondidas, luego de eso, fue atrapado y asesinado por ello.
Imagínense que muestra de amor tan grande, de querer unir a las parejas ante Dios a pesar de que eso le costara la vida, un gran amor a Dios y a las familias debió tener para aceptar tal destino y no unir de él.
Hoy es un buen día para recordar aquel día con emoción, con anhelo y para intentar imitar el amor que ha dado Dios al mundo y nos ha mostrado un poco con la vida de este gran santo. Nosotros pues debemos corresponderle y hacer lo que este santo hubiera hecho, si nos dignamos a celebrarlo. Este santo dio su vida por los matrimonios, y nosotros lo que hacemos es destruir a los matrimonios con nuestra vida y nuestro ejemplo. Dios sabe cuánto ha decaído esta celebración y se ha convertido en muchos lugares en un motivo para el pecado.
¿Cuántas infidelidades, fornicaciones, engaños de palabras, muestras exclusivamente materiales de cariño en nombre del amor? El amor no es algo que se demuestre hoy sino a lo largo de toda la vida. Porque como dice el Papa Benedicto: "el que no es capaz de darse a sí mismo, siempre da muy poco". Lo que ese mártir ha hecho con su sangre nosotros lo destruimos con el pecado. Vivamos pues de forma adecuada este día fomentando la cultura de la familia, con las bases verdaderas de un noviazgo, de un matrimonio y predicando el verdadero amor que sólo Dios nos puede dar.
Cuenta la historia que San Valentín era un gran hombre que antes de ser sacerdote fue médico pero al convertirse y encontrar al Señor, no pudo más que aceptar su llamado. Entonces en esas fechas que era castigado por mostrar su fe al mundo el casaba a las parejas a escondidas, luego de eso, fue atrapado y asesinado por ello.
Imagínense que muestra de amor tan grande, de querer unir a las parejas ante Dios a pesar de que eso le costara la vida, un gran amor a Dios y a las familias debió tener para aceptar tal destino y no unir de él.
Hoy es un buen día para recordar aquel día con emoción, con anhelo y para intentar imitar el amor que ha dado Dios al mundo y nos ha mostrado un poco con la vida de este gran santo. Nosotros pues debemos corresponderle y hacer lo que este santo hubiera hecho, si nos dignamos a celebrarlo. Este santo dio su vida por los matrimonios, y nosotros lo que hacemos es destruir a los matrimonios con nuestra vida y nuestro ejemplo. Dios sabe cuánto ha decaído esta celebración y se ha convertido en muchos lugares en un motivo para el pecado.
¿Cuántas infidelidades, fornicaciones, engaños de palabras, muestras exclusivamente materiales de cariño en nombre del amor? El amor no es algo que se demuestre hoy sino a lo largo de toda la vida. Porque como dice el Papa Benedicto: "el que no es capaz de darse a sí mismo, siempre da muy poco". Lo que ese mártir ha hecho con su sangre nosotros lo destruimos con el pecado. Vivamos pues de forma adecuada este día fomentando la cultura de la familia, con las bases verdaderas de un noviazgo, de un matrimonio y predicando el verdadero amor que sólo Dios nos puede dar.
Soy una fiel creyente de que el amor existe, hace un año en un 1 de febrero le pedí a la santísima muerte roja que me concediera la oportunidad de conocer el amor, después de un año en 14 de febrero, sí, día de san valentín la persona que más he amado me confesó todo su amor y ahora tenemos una relación hermosa, gracias de verdad a Dios.
ResponderEliminar